Es tan grande mi anhelo, que no podría encontrar un hogar en tu corazón, en tus caricias
momentáneas, en tu interés de placer.
¡Si no traes nuestras caminatas y nuestros atardeceres, no intentes volver!
¡Si no traes nuestro año de vuelta, no intentes volver!
Aunque sea por una hora, no lo intentes, porque yo te iba a querer para toda la vida.
En lo alto de las nubes, nadie nos ve, nadie nos molesta, estamos escondidos, un rato en secreto, un rato mirándote, un rato contemplando los astros, esperando que se eclipse la luna, para acariciarte en la oscuridad y unirnos a la infinidad de las estrellas.