flotando en el desierto

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Son las doce y media de la noche y sólo han pasado doce horas desde que desperté gracias al timbre sin sonido del teléfono.
Comí un poco y me fui a sumergir en cinco mil litros de agua, a aguantar la respiración y jugar a ser pez, jugar a ser ola, jugar a ser aire.
Y volar en el aire, como la pluma en el desierto.




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